Por Fernanda Donoso /La Nación
Martes 27 de octubre de 2009
Una historia selknam
Ésta es la primera parte de la historia de Tauca, el niño selknam hijo de una de las últimas mujeres pájaro del sur del mundo. En un refugio de piedra, Tauca espera el fin de una guerra infinita. Afuera hay un movible paisaje de fuego: los hombres de Hay’n luchan contra una marea de monstruos kelpen, que son unos gigantescos y verdes dragones amorfos. Todo sucede en un tiempo sagrado y olvidado, cuando “los espíritus se dejaban ver y se acercaban a la gente es la Tierra del Fuego -y ese destino turístico esplendoroso, las Torres del Paine- antes de que grandes cataclismos hicieran estallar y dividieran un territorio único “en cinco continentes que ahora navegan por separado”.La zona es parte de lo que muchos estudiosos llaman Pangea, término acuñado por el científico alemán Lothar Wegener en 1912, como punto de partida de su teoría de la Deriva Continental. Por lo tanto, el de Tauca es un tiempo al borde del colapso. Al salir del refugio, su madre -que daría sus alas porque su hijo fuera escritor- lo deja solo: vuela en un dibujo precioso, a buscar ayuda para levantar su casa destruida por los enfrentamientos. “Entonces una mariposa cenicienta aleteó desde la grieta en la tierra y se posó justo sobre su nariz. El muchacho podía ver a los cuatro kelpen muertos detrás de las alas de la mariposa. Su corazón latía rápido, igual que un tambor de guerra. Le sudaron las manos. Tomó el cuchillo. Clavó su arma contra el lomo del animalito y soltó una carcajada”.
Y como si en otro plano ella misma fuera la mariposa, su madre nunca más regresa. Ray Bradbury o las profecías del “efecto mariposa” planean sobre ese instante sincrónico. Las peores pesadillas del niño selknam se hacen realidad. Comienza un tiempo de oscuridad y nada. Perseguido por perros salvajes, los baguales, y atacado por la oscuridad, vive en el terror hasta que una serpiente dorada entra en su alma y lo convierte, al final de una noche de dolor insondable, en un ser puro y fuerte. Tauca vive una iniciación solitaria. Una sabiduría de chamán que no se cree chamán, de espíritu que no se sabe espíritu.
Con textos de Gonzalo López Pardo y dibujos de Rafael Nangarí Bade, el libro es la hermosa primera parte de una historia que comenzó debajo del árbol de la vida. Matar a una mariposa: en ese instante desaparece una mujer pájaro. Tauca transgrede la prohibición esencial de los grandes mitos, y esa ruptura y esa pérdida son su conocimiento.
TAUCA
La era de Hay’n
Texto y guión Gonzalo López Pardo
Ilustraciones Rafael Nangarí Bade
Visuales
Santiago, Chile, 2009
46 páginas
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